miércoles, 15 de mayo de 2013


Fatalis casus 

… y aquí estoy, esperando a tu llegada, esperando a que el aíre del oeste,
se apiade de mi moribundo hechizo enamorado.

Aquí, junto al viejo sillón,
escribiendo canciones de románticos que en vez de herir amor,
                                             son  canticos de oraciones a dios.

¡…Aquí estoy duquesa de mis letras!, ave salvaje sin alas mías para amarte,
                                              dime la hora para robarte de vino,
                                              dime el minuto inmortal para perderme contigo.

Compréndeme esmeralda extranjera,
                    misterio sin orbita de mi  pálido triangulo;
                                                 mis miradas no van al cielo cuando pasas por mi puerta,
y mi rostro no oscurece ante tu purísima presencia.

Pero aquí vivo, ahogado de copas,
            tatuando tu nombre insensible a mis labios rupestres,
                         abrazado de mi almohada como niño dormido.

Sigo artero,
                y sigo mirando la suave atracción de las hojas al estéril suelo,
     sigo  bañado de estatua…
y en dirección a tu elipse mis brazos crujen como rama de árbol.
…y la vieja creencia no es que adormezca en el pensamiento a tu lado,
 sencillamente el oxidado beso de los inviernos 
                                 comienzan a sepultarme lentamente en el pantano de los cuervos.

Aquí estoy,
casi inmortal porque soy de carne,
 con espinas de acero  y venas de fuego que no renuncian a menguar
                                sin tan solo una  flecha de tu mirada atravesar mi pecho.

…y moriré,
 llegara el día,
porque mi espíritu cobarde a la muerte me traicionara,
             pero mi cuerpo infalible derramara purpura
                                                                        en la guerra por tu amor ajeno.

Mientras en este adelanto de mis  heridos pasos,
           seguiré esperando a que toques a mi puerta derrotada,
                                       seguiré esperando tan solo un roce de tus dedos fríos.

Seguiré,
como roedor a la umbría de tu vestido seda,
                                   y desde la cumbre de las campanas seniles,
  muy triste pintando tú retrato,  
                         junto al balcón
                                                                              que ríes y sueñas.

Gerardo Vargas Arellano

El poema SILENCIO, es la primera publicación literaria de manos de la estudiante y escritora Laura Mendez, quien ademas de escribir, es estudiante de la licenciatura de medico cirujano en la Universidad Juarez Autonoma de Tabasco (UJAT), aquí en pinceles de poesía su tinta se esparce en linea por linea el sentido de la poesía erótica.



Laura Cristhell Méndez Sánchez, Estudiante de la Lic. de Medico Cirujano, nacida el 6 de mayo de 1992. Apasiona a la lectura y escritura, su fuente de inspiración sin especificar ya que si le cuentas tu historia, ella entre líneas la revive. 

“Silencio…”

He sobrevivido a la noche mas fría de mi vida ante una soledad abundante que nunca había conocido y los recuerdos no bastan. Las manecillas del reloj parecen no tener piedad de mi y continúan su marcha, llega la madrugada y el único recuerdo que llega a mi mente, la tortura… Tu.
Me inquieta sentirme así, me consume y degrada, eso no es bueno.

Te amo, te amo aun en mi falta de palabras que no logran describir el inmenso amor que a diario nace por ti, me encanta enloquecer de amor por ti y perderme cuando tus ojos se posan en mi.
Temo por las noches en mi cama vacía, que siempre este vacía y que nunca vayas a yacer en ella a mi lado. Temo de mi propia locura, temo de mi propio amor por ti y temo de temer.
¿Y si jamás es suficiente? ¿Y si amarte no basta? ¿Y si te cansas de esperar mas y te marchas?

Has desnudado mi alma, has visto cada parte de mi, eres mi debilidad y mi fortaleza, eres mi felicidad. Detienes el tiempo con tus besos y aceleras mi pasión, me retienes, me doblegas, me haces caer cuando poco a poco vas desnudando tu piel. ¡Mátame!
¿Y si eso no es suficiente?.

Por ti he amado la noche y la locura que nos permite liberar, por ti he descubierto que no hay noche mas eterna que la que tu cuerpo me ha hecho sentir y que no hay frío mas fuerte que el calor de nuestros cuerpos no pueda consumir. Que las madrugadas apenas son el comienzo de nuestras pasiones, que no hay mejor insomnio que se mate con caricias, que el cansancio de nuestros cuerpos se desvanece con besos y que se ganan fuerzas cuando se están perdiendo.
¿Y si aun no es suficiente?.

¿Como hago que se quede en mi vida para siempre?
¿Y que es “siempre”?
Siempre es la totalidad del tiempo sin interrupción, algo constante, algo que es posible. Pero ¿como hago eso posible?.
Cierro los ojos con la esperanza de que alguna idea venga y tranquilice mi corazón.
¡Nada!
¿Como? ¿Como es que no puedo tener, hacer o decir algo que me haga tenerte siempre? ¿Y si al salir el sol te marchas?.

Me arriesgo con el tiempo y la distancia, aceptando cada minuto y cada metro lejos de ti, me arriesgo sabiendo que algún día perderé ante ellos. Las horas pasan sin piedad, me estremecen. La distancia se vuelve infinita, me debilita.

Llevo grabado en mi mente el aroma de tu cuerpo que me acompaña a donde sea, cada facción de tu rostro, cada fragmento de tu piel. Conozco las zonas mas susceptibles de tu cuerpo y aquellas en las que me pierdo, he jugado con los lunares de tu cuerpo y aun sabiendo la cantidad, los he vuelto a contar.
Te he odiado en mis mas profundos silencios, pero te he vuelto amar sin ningún esfuerzo. Si me has herido, no lo he sentido, porque hasta la ofensa mas dolorosa que salga de tu boca, es dicha para mis oídos. No hay error que sea notorio, porque todo en ti es maravilloso.
¿Y si nunca nada es suficiente y te marchas?
No tengo ideas, ni tengo acciones que rocen con la perfección pero tengo un mundo de sentimientos que mueren por ser atrapados y los guardes en tu corazón. Y si te amo con locura y pasión ¿como se que en verdad es amor? ¿Como se que es suficiente para ti?

Mis dudas me van consumiendo y mis miedos me van absorbiendo poco a poco. Hoy le temo al amanecer, porque no se si mis ojos te vuelvan a ver.
Suspiro. Sonrío.

¿Y si te marchas?. Hoy, justo ahora. Temería, dolería, me derrumbaría.
Pero aun en mi agonía, te iría a buscar, te robaría el corazón con besos y nuevas caricias, te haría sentir mi corazón y nuevamente te lo entregaría.
¿Y si aun no es suficiente?.

Te amaría a mi manera tan intensamente, fundiría mi alma y te daría su esencia, consumiría mis fuerzas hasta quedarme sin aliento y te haría el amor como nunca te lo han hecho.